Nuestra boda

martes, 28 de julio de 2015

¡Buenos días de martes!

Hoy vengo con la última entrada en el blog hasta después de las vacaciones.

¡Gracias por todas las visitas a mi entrada del Project Life de la semana pasada! Sigo avanzando, ¡ya os enseñaré las nuevas páginas! :) 

Hoy os vengo a enseñar unas fotografías sobre nuestra boda. Ya os enseñé unos primeros momentos de la boda y los regalitos que repartimos entre nuestros invitados. ¡Pero la boda dio para mucho más! Hoy os quiero enseñar el lugar donde celebramos nuestra boda y como quedó todo. Si aún no habéis visto ni las invitaciones que hice... 

Las fotografías que os voy a enseñar hoy son de Irene Miravete. Conocí a Irene hace muchos años gracias a Kits de Somni y al mundo del scrap. Desde entonces fui viendo sus inicios en la fotografía y su manera de captar magia en momentos especiales. Desde el principio supe que quería tenerla a ella de fotógrafa. No somos muy típicos (como ya habréis podido ver) y no queríamos las típicas fotos de posados. Ni queríamos los posados mientras nos vestíamos, ni queríamos salir posando con la gente. Queríamos algo muy natural. Queríamos que fuera disparando y pudiera captar detalles de nuestro día especial. 

El día que nos dio la cajita con las fotos de la boda ♥
Y ya os digo que será ella la que haga fotos de mi tripota antes de que llegue Marcos y será ella quien le haga un reportaje bonito cuando nazca (pasaros también por su página de facebook y veréis que cositas hace para las sesiones de bebés, ¡incluyendo gorritos y mantitas!).

Cuando empezamos a buscar sitios para celebrar la boda hicimos una lista de qué queríamos tener (sí, somos mucho de hacer listas, jaja):
  • Celebrar la ceremonia y el convite en el mismo lugar para evitar que nos tuviéramos que mover de un sitio a otro.
  • Celebrar una ceremonia de verdad. Buscábamos un lugar en el que nos pudiera casar un alcalde/concejal en el mismo momento de la ceremonia. 
  • Encontrar un sitio al aire libre, porque a pesar de que nos casábamos en febrero, confiábamos en tener un día soleado (¡y así fue!). 
  • Tener la posibilidad de crear un menú diferente porque eso de entrante, carne, pescado, tarta... No nos va. 
  • Poder personalizar nuestro día y añadir cositas hechas por nosotros (sí, aunque no os lo creáis, hay sitios donde esto está muy limitado). 
Y así nos quedamos con tres opciones. 

Fuimos hablando con los comerciales de esos espacios y quedamos primero con Javier, de Villa Delia. Era el 8 de marzo de 2014, casi un año antes de nuestra fecha deseada, y había un sol maravilloso, sin nada de viento (a pesar de que en Valencia sí lo hacía). Cuando llegamos allí vi el templete de la ceremonia civil, los árboles, el edificio donde se podría hacer el convite, la casa donde podríamos vestirnos... y le dije a Jose "¡me veo casándome aquí!". Y ya no vimos ningún sitio más. 

Tardamos más en hacer la preselección que en tomar la decisión. Salimos de allí emocionados y pensando ya en como organizar todo para nuestro día especial. Y ahora veréis por qué :)

Dentro de la casa pudimos tener una habitación para vestirme yo. Mi pobre marido lo pasó peor para arreglarse, pero bueno es una anécdota más de ese día junto con los chicos de la familia. 


Yo estuve allí dentro con mi hermana y mi cuñada mientras nos arreglábamos. Elegí a Ana Albiol para el maquillaje de las tres y a Ana de Bigudíes de Rubíes para que me peinara a mí. 


Mientras, Jose y mi hermano iban montando todo, junto con El Taller de Clo. Juntamos las cosas que nosotros preparamos, junto con sus flores y nuestros colores.


Un robado a mi marido mientras preparaba todo. La moqueta la compramos en Leroy Merlin para poder combinarla con nuestros colores (amarillo, morado, blanco y verde). 


Y pequeños detalles en las sillas para la ceremonia...


¡Encantada con cómo quedó todo! ¡Justo como lo había imaginado! ♥


En la entrada de Villa Delia, los chicos del Taller de Clo nos crearon una pizarra bien bonita con fechas especiales para nosotros.


También tuvimos una bonita composición junto con el seating que preparamos para que los invitados supieran cuál era su mesa...


Dentro de la zona del convite pusimos una mesa, con un carrito lleno de bailarinas para que las mujeres se pudieran cambiar los tacones y bailar hasta que el cuerpo aguantara, además de unas bolsitas para que se llevaran sus zapatos. Además, había un libro de firmas para que los invitados nos escribieran algo y pudieran pegarnos las fotos que iban haciéndose en el fotomatón que empezó después de la comida. 


Incluía unas fotografías nuestras explicando las instrucciones de uso... ¡Lo que nos reímos haciendo las fotos en casa!


¡Y adoro los pequeños detalles que supo captar Irene! ♥

De mis zapatos...


De mi vestido...


De mi percha personalizada para colgar el vestido...


De mi ramo, justo cuando empezó el aperitivo...


Junto a la entrada en el salón hay un árbol maravilloso, en el que se colgaron unos mini tarritos con flores.


Los centros de mesa iban con unas pequeñas pizarras que pintó mi marido-artista en amarillo o morado, junto con las flores del Taller de Clo.


Y junto a los regalitos de los invitados...


El día de antes fuimos a colocar los regalos de los invitados y pudimos ver un previo de como quedaría el salón... ¡Al día siguiente todavía era mejor con el sol maravilloso que entraba por los ventanales!

Y también tuvimos algo diferente con la lavanda que nos prepararon en el Taller de Clo para que nos lanzaran los invitados antes del aperitivo.

Mis hermanos y marido comprobando que todo estuviera en su sitio
Toda la ceremonia y aperitivo fueron amenizados por la música de Suite Art... ¡Mágico!


La ceremonia fue super emotiva, con muchas lágrimas, discursos maravillosos de hermanos y amigos, un sol espléndido a finales de febrero y pequeños gestos que hicieron que todo fuera mágico.


Si nos volviéramos a casar, sin duda, elegiríamos Villa Delia de nuevo. O si hay que celebrar algo a lo grande, también. ¿Preparamos un fiestón para nuestro baby Marcos? ♥

¡Nos vemos en septiembre con nuevos proyectos e ideas! ¡Feliz verano! 

3 comentarios:

  1. No tengo palabras... Creo que es imposible hacer algo más bonito, con mejor gusto y con tanto amor. Ni captarlo tan bien. Estoy próxima al Síndrome de Stendhal. De verdad, es una maravilla.

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  2. ¡Qué emoción! Gracias por compartir :)

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  3. Precioso Andrea!! La bodas tan personalizadas son lo mejor! Al final nos queda un recuerdo tan bonito de un día tan lleno de felicidad y amor...es inolvidable :) BesoS!

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